Strudel de manzana:
La palabra strudel, significa en alemán remolino, lo cual nos da la pista que este postre delicioso y afrutado nace entre los límites de Europa, específicamente: Alemania.
La receta más conocida es el de manzana, la cual se encuentra envuelta por una masa de hojaldre (puede variar la textura de la masa) acompañada siempre de algún fruto seco, las nueces son las preferidas, sin olvidarnos del ligero toque de canela que sella la composición jugosa.
Está receta es fácil de preparar y enamora a cualquiera que la pruebe. Este postre o merienda es excelente para tener guardada en la nevera y solo servir para los niños luego de un día largo en la escuela. Hoy haremos la receta original, la receta alemana.
Ingredientes:
4 manzanas.
1 paquete de masa de hojaldre
30 gr de nueces
2 cucharadas soperas de azúcar moreno.
40 gr de mantequilla.
Canela en polvo.
Azúcar glass
Preparación:
Pela las manzanas y quítales el corazón. Córtalas en cubos pequeños.
En una sartén, echa la mitad de la mantequilla y pon el fuego a temperatura media. Deja que se derrita, e incorpora los trocitos de manzana. Remueve bien y deja que la manzana se vaya quedando blandita.
Agrega el azúcar moreno y una cucharadita de canela, revuelve bien y a continuación añade un poquito de agua. Remueve para que la manzana se caramelice durante 5 minutos más. Reserva y deja enfriar.
Precalienta el horno durante unos 10 minutos a 200ºC.
Derrite el resto de la mantequilla en el microondas.
Saca una lámina de hojaldre. Píntala con un poco de mantequilla y coloca encima otra lámina.
Coloca 1/4 del relleno de manzana encima, dejando espacio a la izquierda, arriba y abajo para después poder enrollar sin problemas.
Ahora dobla la parte de la izquierda sobre el relleno. A continuación, dobla los bordes superior e inferior hacia dentro, encima del relleno. Sigue enrollando hacia el lateral derecho toda la masa.
Pinta los pastelitos por encima con un poco de mantequilla y déjalos en una bandeja forrada con papel de horno.
Introduce la bandeja en el horno durante 10-15 minutos. Están listos cuando se hayan dorado.
Sácalos del horno y déjalos reposar 5 minutos.
Colócalos en el plato en el que los vayas a servir, y espolvorea con canela y azúcar glas por encima.
