Sabemos de sobra que nuestra salud depende mucho de la alimentación.
Si comemos lo que necesitan nuestras células para funcionar perfectamente, es poco probable que empiecen a mutar. Si mediante nuestra comida, sobrecargamos al organismo y lo saturamos con residuos metabólicos (sustancias químicas y toxinas), no podremos controlar el crecimiento celular que podría derivar en tumores malignos.
El Dr. Alberto Martí Bosch, especialista en Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer, comenta:
“Hoy sabemos que las células sanas viven en un medio alcalino rico en oxígeno, utilizan muy poco sodio para vivir y proteínas levógiras, que son estables en éste. Por el contrario, los procesos oncológicos se caracterizan por la acidosis metabólica -es decir, el terreno se acidifica- y entonces escasea el oxígeno, lo cual obliga a las células sanas a mutar si no quieren morir. En suma, todo tumor se desarrolla en un medio ácido, con poco oxígeno, cargado de sodio (…) Así, los elementos clave -no únicos- para el tratamiento o prevención de cualquier enfermedad -incluyendo el cáncer- son una alimentación cuya base sean las verduras y las frutas, una dieta hipo-sódica (baja en sal), una desintoxicación profunda del organismo usando básicamente infusiones de hierbas, sal marina y suplementos vitamínicos específicos, adecuados para el organismo de la persona. Tratamiento que se puede complementar, o no, con otras terapias dependiendo de cada situación particular.”*
Alimentos de carácter terapéutico:
Además de llevar una dieta equilibrada, te damos a conocer algunos alimentos específicos con efectos terapéuticos comprobados, que deberían estar presentes en nuestro menú semanal con frecuencia: